miércoles, 29 de octubre de 2008

Una piedra en el camino...



Sé que hace tiempo no escribo… y no ha sido por un tema de flojera, si no porque estos dos últimos meses no han sido los mejores. PERO como desde que decidí empezar este blog, me propuse usar mi experiencia personal para describir la migración de un latino en Australia… en las buenas y en las malas… aquí les va mi relato.

Como lo conté en posts anteriores, llegué a Australia con el objetivo de hacer una maestría. Luego, mientras estudiaba, decidí que sería una buena opción postular a la residencia y trabajar por algunos años aquí, mientras terminaba de pagar mi préstamo estudiantil (que tengo con un banco peruano en dólares americanos) y de paso obtener la residencia permanente en Australia… y por qué no hasta la ciudadanía… proceso largo, si es que tu profesión no está en demanda, como la mía (Ver lista de profesiones en demanda aquí).

Según las leyes migratorias del 2005, mi única opción para poder quedarme era aplicar a la visa 495 (la cual ya no existe… ahora hay una parecida llamada 475). Esta visa es “esponsoreada” por el gobierno del estado de South Australia que te da derecho a residir temporalmente por 3 años en South Australia o Australia regional (ciudades con baja población). Elegí residir en Adelaide, pues es la única capital de estado que es considerada “Australia regional” y donde no te pelas de frío como en Hobart, la capital de Tasmania.

Después de cumplir los 2 años de “sentencia” uno puede aplicar a la residencia permanente (trámite casi automático, siempre que hayas vivido esos años en Australia regional y hayas trabajado a tiempo completo por lo menos un año). Una vez con la visa permanente puedes mudarte de estado y vivir libremente en cualquier ciudad. Al cabo de uno o dos años más puedes aplicar a la ciudadanía y pasaporte australiano.

En enero del 2009 podré postular a la residencia permanente. El trámite demora entre 3 y 8 meses dependiendo qué tan rápido sea tu “case officer”… o sea, más o menos en Julio del 2009 ya podría mudarme a otra ciudad como Melbourne o Sydney, donde hay más trabajo en mi campo.

Sería injusto quejarme de mi desarrollo profesional en Adelaide, puesto desde que llegué siempre tuve trabajo. Obvio que empecé desde de cero, pero siempre sentí que, poco a poco, las oportunidades se iban abriendo y yo iba creciendo profesionalmente.

En ese sentido, no me referiría al “tiempo de espera” para la residencia permanente como una “sentencia” de no ser porque desde hace unos meses Adelaide (y en menor grado, Australia en general) ha empezado a sufrir una recesión económica la cual se ha venido acrecentando por la crisis financiera global (escuchar programa radial australiano analizando la situacion financiera aquí).

Como los departamentos de marketing y comunicaciones son los primeros que sufren bajas en tiempos de crisis, mi puesto fue hecho recientemente “redundante” (junto con el 50% del personal que laboraba en mi empresa) y he formado a ser parte de la creciente lista de desempleados en Australia (chequear nota aquí).

Poniéndole buena cara al mal tiempo, y aprovechando que la empresa para la cual trabajaba me informó de esto con mes y medio de anticipación, empecé a buscar trabajo proactivamente:

  • Postulando a trabajos permanentes: en promedio a 20 puestos por semana
  • Retomando contactos con reclutadoras en mi área
  • Comunicándole a todos mis contactos profesionales y personales que estaba buscando trabajo
  • Finalmente, registrándome con reclutadoras especialistas en trabajos temporales como soporte administrativo (recepcionista, secretaria, digitando data, organizando eventos). A pesar de estar sobre calificada para este tipo de trabajos, las ventajas son múltiples: son mas fáciles de conseguir, te pagan muy bien la hora –entre 21 y 30 dólares por hora-, al rotar en tantas empresas llegas a hacer contactos y hasta te pueden contratar luego en algo relacionado con tu profesión (pues ya te conocen y te tienen confianza, algo importantísimo en esta cultura)

Eso fue hace como 3 meses y medio. Hasta ahora no he conseguido nada, por más que he tenido decenas entrevistas y me he juntado con diferentes contactos que a su vez han movido mi CV entre los suyos.

¿Complicado no?

Claro que hay que entender que siendo Adelaide una ciudad pequeña, no hay tanta demanda de comunicadores o marketeros como en otras zonas de Australia… tanto así que me han dicho en el departamento de inmigraciones de South Australia que ya no están dando facilidades a comunicadores o marketeros para que emigren a esta ciudad – ¡creo que hay sobrepoblación de comunicólogos!

Por otro lado, muchos de los trabajos a los que estaba postulando y me encontraba en la recta final, se encuentran en “stand by” hasta que pase la crisis financiera global. Los trabajos temporales, que eran mi “as bajo la manga”, también han sufrido con esta crisis, y las 8 agencias reclutadoras en las que estoy registrada me comentan que no tienen nada disponible y que tienen a varios candidatos en lista de espera, cuando antes los llamaba un lunes y el martes ya estaba trabajando.

Pero dentro de todo, la ventaja de estar en Australia es que aun haciendo trabajos casuales como de encargada de tienda, telemarketera, de mesera en restaurantes o eventos, acomodando productos en los supermercados, etc., etc., puedes ganar lo suficiente como para pagar tu costo de vida. Es un poco duro empezar de nuevo de cero, pero al menos aquí uno tiene la seguridad que la economía va a estar más o menos estable, y en el mediano plazo las cosas se van a solucionar.

En un momento me tentó la idea de regresar al Perú, puesto que estuve entrevistándome para un puesto que me interesaba mucho, era estable, tenía que ver con relaciones comerciales entre Perú y Australia y sabía que el sueldo iba a ser el suficiente para vivir independientemente y pagar mi préstamo. Lamentablemente al final no salió y… aunque hubiera regresado feliz, quizás no era el momento puesto que hubiera perdido el proceso a la residencia australiana.

Volver al Perú sin estar contratada desde acá es muy arriesgado, a pesar que familiares y amigos me dicen que la situación ha mejorado. No sólo tendría que gastar en mi traslado y cancelar mis cuentas y contratos aquí, si no que hasta que consiga un trabajo en Perú que me permita vivir independientemente y pagar mi préstamo estudiantil (que es elevado para el estándar de vida peruano) pueden pasar meses… Y perdería el proceso a la residencia australiana y toda la inversión que eso representó.

Por lo pronto… sólo queda remar el bote, hacer de mil oficios hasta que salga algo, que estoy segura que en cualquier momento se calman las cosas y la demanda laboral vuelve a sus índices normales.

Eso sí, a las personas que estén por venirse como migrantes, sobre todo a Adelaide, tienen que tomar en cuenta que la situación laboral no está como antes y van a toparse con algunas dificultades. No quiero ser pesimista ni negativa con las personas que están por venir, al contrario, sigo pensando que si las personas desean venir a Australia y tienen los medios, lo deben de hacer pues es un país que ofrece muchas ventajas. Sólo que las reglas de juego han cambiado con la crisis financiera global. Claro que como siempre lo he dicho, depende mucho de la ciudad donde estén planeando venir, de la profesión y del nivel de inglés que tengan. Para los que están pensando en venir, apúrense pues el gobierno Australiano está pensando cambiar las leyes migratorias, reduciendo la entrada de skilled professionals (ver nota aquí).

Ya les estaré contando mis avances y estrategias para conseguir trabajo en posts siguientes.

Aquí los dejo con un videito ochentoso de mi tío Chacalón y la Nueva Crema, la canción "Soy Provinciano"... porque yo: soy una muchacha provinciana(*) que se levanta muy temprano para ir con mis hermanos ayayayayyy a trabajar (...) sólo tiene la esperanza ayayayayyyy de progresar!




(*) DISCLAIMER: En verdad no soy provinciana, si no una pituquita de Miraflores, pero la verdad es que la canción de Tongo no le iba a este post jejeje!